Uros: un pueblo en el lago Titicaca

A 3800 metros, donde las temperaturas nocturnas son gélidas, el sol del día quema con fuerza y el viento reseca la piel y los pastos, se encuentra el lago Titicaca. En este entorno inclemente, un pueblo ha encontrado un hogar poco común: los Uros, que habitan en islas flotantes en la bahía de Puno.

El lago, un lugar seguro

El pueblo uro se remonta a épocas preincas y se considera uno de los grupos étnicos más antiguos de América. Se cree que parte de ellos se refugió en el lago tras la llegada de otros grupos, mientras que otros terminaron integrándose. Aunque al final todos perdieron su lengua originaria, el uroquilla o uro-chipaya; la mayoría hoy habla aimara en casa y aprende español en la escuela.

Islas flotantes de los uros.

Andar sobre las nubes

Las islas flotantes son una realidad tangible. Caminar sobre ellas es una experiencia peculiar, ya que se hunden varios centímetros con cada paso y hay que tener cuidado de no pisar zonas inestables (y mojarse).

La clave reside en la totora, una planta acuática que crece en el lago. Sus raíces forman una base flotante que los uros aprovechan para construir sus islas. Cortan la totora al tamaño deseado, la unen y la dejan reposar para que las distintas piezas vuelvan a unirse en una superficie. Luego, la isla se traslada al lugar elegido y se le coloca totora cortada encima, creando una capa de hasta 1,5 m de grosor sobre las bases, lo que resulta en una plataforma flotante de hasta 3 m.

Deshacerse de vecinos poco participativos

Cada 15 días tienen que volver a colocar totora nueva, ya que la planta se pudre y la isla podría desaparecer. Este trabajo es tan importante que si alguna familia no quiere participar, las otras familias de la isla pueden cortar la zona de la familia resistente y deshacerse de ellos.

Nuestro guía nos muestra cómo construir y cortar una isla.

La totora también la utilizan para construir casas, camas e incluso barcos, aunque algunos ya son de madera y metal por su mayor durabilidad y menor manutención.

Barco tradicional hecho de totora.
Barcos turísticos.

Turistes e indígenas

El pueblo uro de la bahía de Puno vive principalmente del turismo y, en menor medida, de la pesca. Entre 300 y 400 personas visitan las islas a diario. En nuestro caso, fuimos temprano y aún no había tanta gente, pero sí que vimos los barcos turísticos grandes. El turismo ha mejorado su situación económica. Antiguamente dependían de la pesca y la caza de aves que intercambiaban por otros productos. Aparentemente, algunas islas más alejadas aún conservan este estilo de vida.

Más allá de la primera impresión.

Según nuestro guía, hay 120 islas flotantes habitadas por varias familias, con una población total de hasta 2500 personas. Sin embargo, el censo peruano de 2017 contabilizó 681 personas que se identifican como uros y hablan de unas 80 islas flotantes, lo que coincide más con lo que observamos. Además, muchos ya no viven permanentemente en las islas.

A pesar de la afluencia turística y de la incertidumbre sobre la veracidad de la información proporcionada, las islas flotantes de los uros son un lugar impresionante que nos volvió a mostrar una forma de vida completamente diferente.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *